Piel perfecta de la cabeza a los pies
La delicada piel del rostro suele necesitar más atención en nuestra rutina diaria de cuidado. Sin embargo, a menudo nos olvidamos de los pies, pese a que trabajan mucho durante los meses más fríos del año: embutidos en botas o zapatos, nos transportan a cualquier sitio día tras día y, por lo tanto, se resecan muy rápidamente. Presta a tus pies la atención que se merecen y comienza una rutina de cuidados dedicada a ellos. Si utilizas un exfoliante suave tras un baño, retirarás las células muertas de la piel y reactivarás la circulación en los pies.
Para una dosis extra de cuidado, aplíca después NIVEA Creme o NIVEA Soft en los pies, a ser posible combinado con un masaje relajante. Te recomendamos cuidar de tus pies mientras duermes, pues la piel se regenera mejor de noche: aplica crema en abundancia, ponte unos calcetines de algodón... ¡y a dormir! Cuando te despiertes notarás la diferencia.